El 9 de abril de 1948, Colombia vivió uno de los momentos más dolorosos de su historia: el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y el estallido social que le siguió, conocido como El Bogotazo. Aquel día, las calles de Bogotá se llenaron de caos, indignación y gritos de una juventud que, de golpe, se enfrentaba a una realidad nacional que parecía romperse por completo.

Ese mismo año, al otro lado del océano, un grupo de jóvenes europeos también miraba con preocupación su presente. Marcados por los estragos de la Segunda Guerra Mundial, decidieron que no querían repetir la historia. Se reunieron para imaginar un mundo distinto, donde el entendimiento intercultural, la paz y la colaboración fueran el centro. Así nació AIESEC: una plataforma creada por y para jóvenes, con la misión de desarrollar liderazgo responsable y transformar el mundo a través de la acción colectiva.

Aunque los escenarios eran muy distintos, ambos momentos compartían un mismo hilo conductor: la juventud enfrentándose al caos, la incertidumbre y la necesidad urgente de cambio.

En Colombia, la juventud vivió el dolor desde la indignación. En Europa, decidió responder a la crisis desde la cooperación. Mientras miles de jóvenes se veían envueltos en la protesta y el desconcierto, otros apostaban por la construcción de algo nuevo. Ambas respuestas reflejan el poder de la juventud como fuerza transformadora: una que, dependiendo del contexto, puede canalizar su energía en direcciones muy distintas.

El Bogotazo no solo fue una fractura social, sino también un despertar generacional. Jóvenes que hasta entonces eran espectadores, se convirtieron en protagonistas de un momento que marcaría el rumbo del país. Esa indignación, aunque cargada de dolor, también sembró conciencia. Al mismo tiempo, en Europa, la juventud se organizaba para construir puentes, no muros. Para proponer soluciones, no repetir errores.

Los valores que construyen el liderazgo:

Desde su fundación en 1948, AIESEC se ha basado en seis valores que siguen siendo igual de relevantes hoy que hace más de siete décadas. Cada uno de ellos representa una forma de canalizar la energía juvenil hacia el liderazgo con propósito.

🌱 Activating Leadership

El liderazgo no nace solo del deseo de cambiar el mundo, sino de la intención clara de actuar con propósito. AIESEC impulsa a los jóvenes a transformar su inquietud en acción, liderando desde la empatía y la responsabilidad.

🕊️ Demonstrating Integrity

En momentos de crisis, la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es fundamental. La integridad se convierte en brújula ética para quienes deben tomar decisiones en medio del caos.

🌿 Acting Sustainably

AIESEC promueve un liderazgo que piensa en el largo plazo. Porque los cambios que perduran no son los más rápidos, sino los más conscientes.

🤝 Enjoying Participation

La participación activa no es solo una herramienta de cambio: también es una forma de resistencia y construcción colectiva. AIESEC celebra el trabajo en equipo como camino para lograr un impacto real.

⭐ Striving for Excellence

La excelencia no significa perfección, sino compromiso constante con aprender, mejorar y crecer. AIESEC invita a los jóvenes a retarse, a dar más, y a inspirar a otros en el camino.

🌈 Living Diversity

En un mundo dividido por fronteras, creencias y diferencias, AIESEC promueve espacios inclusivos, donde la diversidad es una fuente de conexión, empatía y aprendizaje profundo.

Hoy, 76 años después del Bogotazo, no solo recordamos una herida nacional. Conmemoramos también una lección histórica: incluso en medio del dolor y el caos, los jóvenes pueden convertirse en líderes que marcan la diferencia. En el mismo año en que Colombia vivía una de sus crisis más profundas, nacía una organización construida desde la esperanza.

Esa es la lección que sigue vigente en 2025: cuando el mundo se quiebra, la juventud tiene el poder de reconstruirlo. Y AIESEC es una prueba viva de ello. Más de 120 países, millones de intercambios y miles de proyectos sociales después, seguimos apostando por el liderazgo como respuesta a los desafíos del presente.

Hoy enfrentamos nuevas crisis: sociales, climáticas, económicas, culturales. Pero la esencia de la juventud permanece. AIESEC sigue siendo ese espacio donde la inquietud se convierte en acción, donde los jóvenes descubren su propósito, se conectan con realidades distintas y construyen futuro desde el liderazgo consciente.

Conmemorar el 9 de abril desde AIESEC no es un acto político. Es un acto de memoria. Es reconocer que los jóvenes han sido, son y serán protagonistas de los momentos más decisivos de nuestra historia. Que incluso en medio del dolor, pueden surgir ideas que transformen generaciones enteras.

Porque si en 1948 hubo quienes eligieron destruir, también hubo quienes eligieron construir.

Y AIESEC es la prueba de que, incluso cuando todo parece derrumbarse, los jóvenes no se rinden.

Los jóvenes lideran.